Comentario
El Barroco, en todas sus manifestaciones, surge directamente de los conflictos religiosos que asolan Europa en el siglo XVII y de los procesos de asentamiento de las monarquías como poder absoluto dentro de sus territorios. Como contestación a la reforma luterana, el arte cristiano se vuelve austero y circunspecto, rescatando la religiosidad y la introspección. Posteriormente, la necesidad de las monarquías de demostrar su poder absoluto e incontestable vuelve el arte suntuoso y exagerado y lo arranca de la exclusiva esfera religiosa para instalarlo en los palacios. La ciencia barroca, por otra parte, ligada al desarrollo de los modernos estados y por lo tanto fomentada desde las monarquías, va a conocer un período de esplendor y desarrollo sin precedentes, y sus repercusiones influirán sobre todas las esferas de la vida humana, contribuyendo a crear una nueva mentalidad.